Gracias a Lisa Velazquez por traducir este articulo. Puede escucharla a traves de Teshuva.tv los Domingos a las 6pm en el programa radial: Caminando en Obediencia.
Anoche durante la lectura de un libro sobre los Romanos escrito por un líder erudito protestante, un libro realmente excelente, un pensamiento vino a mi mente acerca de algo que el autor no se dio cuenta.
Romanos 4:11: y recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que él tenía por la fe cuando todavía no estaba circuncidado. El objetivo era hacer de él el padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que la justicia se contara a ellos también.
Abraham es absolutamente el padre de todos los que creen, tanto circuncisos como incircuncisos, es cierto – pero al hacer comparaciones bíblicas debemos mirar la historia completa. Abraham tuvo ocho hijos en total – uno por Agar, uno por Sarah y el resto por Cétura, la mujer que tomó después de la muerte de Sara. De estos hijos, siete fueron circuncidados al nacer y uno no lo fue – a saber, Ismael – pero ninguno permaneció incircunciso. Creo que esto nos muestra el modelo para los hijos de Abraham, que no hay vergüenza en no haber sido circuncidados al nacer, pero una vez que estamos listos (al decir estamos, obviamente, no me refiero a literalmente a todos, porque no nací como hombre) Creo que incumbe a ser como un hijo de Abraham y dar ese paso final de lealtad al Pacto.
¿Por qué era tan importante? Porque, como lo vemos en la prohibición del consumo del cordero pascual, si no hay circuncisión, entonces hay una barrera legal entre los derechos (no la salvación, pero los derechos legales) del peregrino (extranjero creyente) y los nativos. Es la única barrera legal entre los circuncisos y los incircuncisos, y si lo queremos todo, si queremos tener la ciudadanía plena absoluta – si queremos ser considerados como los nativos de la Tierra en todos los sentidos, entonces la circuncisión es un requisito. No como la circuncisión de la Casa de Shamai que los fariseos hacían para la conversión judía, pero la circuncisión bíblica que nos hace hijos y herederos del pacto con Abraham.
La circuncisión no es un simple corte y remoción del prepucio, un ritual vacío – es la joya de la corona de Génesis capítulo 17, la señal del Pacto propuesto en Génesis 12, hecho en sangre en Génesis 15. Génesis 17 es el recuento donde Dios promete a Abraham que él sería el padre de MUCHAS naciones; es cuando su nombre se cambia en realidad a Abraham. Abram no estaba circuncidado, pero Abraham fue circuncidado. No fue Judío, ciertamente, pero circuncidado. Y nosotros estamos llamados a ser los hijos de Abraham, no de Abram. Como Abraham, muchos de nosotros no nacimos bajo Pacto y tuvimos que aprender a caminarlo primero (como Abraham hizo durante 24 años e Ismael durante 13 años). Los hijos de Israel caminaron por el desierto durante 40 años sin ser circuncidados (Josué 5:5). PERO si vamos a ser llamados hijos de Abraham, debemos seguir su ejemplo o bien simplemente estamos planeando quedarnos para siempre como hijos de Abram. ¿Por qué digo eso? Porque vemos en la vida de Abraham que la circuncisión sólo se retrasó, no se evita por completo. Somos salvos sin circuncisión, sin duda, pero ¿seremos hijos de Abraham quien caminó en total obediencia?
¿Cómo moderemos esto con compasión a la luz de las circunstancias del primer siglo? ¿Puedo pensar que Cornelio fue alguna vez circuncidado? ¿Por qué? Debido a que la circuncisión de un centurión romano significaba traición, y se le habría dado muerte, así como la posible muerte de toda su casa – poco propicio para la reunificación de las naciones en el Pacto como se había profetizado en el contexto de los primeros siglos. La circuncisión significaba unirse a un grupo de personas que estaban exentos del servicio militar y que no aceptaban a César como un dios. Los judíos tenían un estatus especial en el imperio en base a su religión ancestral establecida, pero el negar a Roma y convertirse oficialmente circuncidado cuando no había nació de esa manera era visto como un rechazo de la Pax Romana.
Cornelio estaba en una situación difícil – para él la circuncisión no era una cuestión de fe, sino una cuestión de suicidio. No vivimos en estos tiempos y la circuncisión viene sin la amenaza de la pérdida de la vida a menos que uno sea un hemofílico. Ahora bien, hay quienes dicen que la circuncisión es sólo para los judíos – pero la circuncisión es una afirmación de la alianza en Génesis 17, que Abraham será el padre, no sólo de los hebreos, sino también a muchas naciones, y que su descendencia heredará la Tierra. Abraham no era un judío, ni su hijo ni su nieto.
“2 Yo haré mi Pacto entre Yo y tú, y Yo aumentaré tus números grandemente.” 3 Abram cayó sobre su rostro, y Elohim continuó hablando con él: 4 “En cuanto a mí, este es mi Pacto contigo: tú serás el padre de muchas naciones. 5 Tu nombre ya no será Abram [padre exaltado], sino tu nombre será Abraham [padre de muchos], porque Yo te he hecho padre de muchas naciones. 6 Yo te causaré ser muy fructífero. Yo haré naciones de ti, reyes descenderán de ti. 7 “Yo estoy estableciendo mi Pacto entre Mi Palabra y tú, junto con tu descendencia después de ti, generación por generación, como Pacto perpetuo, de ser Elohim para ti y tu descendencia después de ti. 8 Yo te daré a ti y a tu descendencia después de ti La Tierra en la cual ahora son extranjeros, toda la tierra de Canaán [un eterna Concesión de la Tierra del Pacto – completamente distinta de la salvación], como posesión permanente; y Yo seré su Elohim.” 9 Elohim dijo a Abraham: “En cuanto a ti, tú guardarás mi Pacto completamente, tú y tu descendencia después de ti, generación por generación. 10 Aquí está mi Pacto, el cual guardarás, entre Yo y tú, y tu descendencia después de ti por sus generaciones: todo varón entre ustedes será circuncidado. 11 Serás circuncidado en la carne de tu prepucio; ésta será la señal del Pacto entre Yo y tú.”
La circuncisión no es el acto de ser tildados como legalistas, es afirmar: “Yo creo que el Pacto hecho entre Dios y Abraham es absolutamente cierto y que a través de la simiente de Yeshúa (Jesús) soy un hijo de ese Pacto. Yo creo en la enjertación de las naciones, y acepto al Dios de Abraham como mi Dios y yo creo que la tierra es la herencia de su simiente quienes se ha mandado a que guarden el pacto que fue renovado por el Mesías”.
Se trata de tener una ciudadanía plena, sin retener nada en lo absoluto. Lo que no se trata, es la entrada al Cuerpo de creyentes – después de todo, Cornelio era justo (un “forastero” que guardó los mandamientos de la Torá – la constitución del Reino de Dios – pero no era un judío), su corazón ya estaba circuncidado y cuando aceptó a Yeshúa como el Mesías y recibió el sello del Espíritu Santo se le dio el bautismo que era en aquellos días reservados para alguien que ya habia circuncidado como requisito básico de entrada en el cuerpo del judaísmo.
¿Por qué dijo Pablo, Gálatas 5: ” Midan mis palabras: Yo, Shaúl, les digo que si se someten a la circuncisión, ¡el Mashiaj de ningún modo será de ventaja para ustedes!
En el contexto de todo el libro de Gálatas, había judíos creyentes en el Mesías que estaban diciendo a los no-judíos que tenían que convertirse en judíos para ser miembros del Cuerpo del Mesías. Por eso, Pablo dijo (estoy parafraseando un poco de un número de sus cartas), “¡Majaderías! Dios no creó el judaísmo – Dios creó un reino con una Constitución (las leyes bíblicas), y un heredero para administrarlo (Yeshúa el Mesías). Si te conviertes en un judío entonces estás descartando al Heredero, que aunque nació en la tribu de Judá, no está sujeto al judaísmo – ¡el verdadero judaísmo está sujeto a Él! El sujetarse a una religión en vez de directamente al heredero obliga lealtad a la religión, que está a veces en desacuerdo con el Heredero. No se puede servir a dos señores. Si usted no nació siendo judío, entonces usted no debe convertirse en uno! ”
Abraham fue aceptado (una palabra que tiene connotaciones de relación, de comer juntos) sin circuncisión, las promesas fueron hechas y que fue bendecido antes de la circuncisión – y podemos ser bendecidos y aceptados sin ella también. Pero, ¿será suficiente?¿Es suficiente con simplemente ser bendecido y aceptado? Quiero ser un israelita nativo, con derechos de herencia a la tierra, en el regreso de Yeshúa. Yo no sólo quiero ser un hijo pre-adolescente de Abraham según el orden de Ismael, incircunciso, o el hijo de padres rebeldes errantes en el desierto – yo quiero ser un hijo de la promesa – no un judío, pero un hijo de la promesa.
Al igual que los hijos de Israel cuando cruzaron el Jordán, quienes tomaron la señal del Pacto, deseo la Tierra. Quiero poder participar de la Pascua. Lo quiero todo. Y podemos tenerlo todo – con la circuncisión, pero sin llegar a ser judíos.
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